El Palacio Lili es uno de los puntos importantes de la historia del valle de Zestoa.
Los Lili eran dueños de muchos de las tierras de labranza, bosques y ríos de alrededor, y los caseríos de su propiedad propiciaban numerosas rentas. Su riqueza se basaba en la producción del hierro y de la madera.
El palacio Lili se ha utilizado como caserío desde el siglo XVIII y en su interior se han hecho muchos cambios para adaptarlo a las necesidades de cada época, pero la falta de mantenimiento lo situaron al borde del derrumbe.