El área de los Nacederos de Iribas nos descubre en su territorio los manantiales, simas, sumideros, dolinas y viejos cauces…, las formas que el agua es capaz de modelar en el interior y en la superficie de una montaña caliza.
Ligado a la cultura del aprovechamiento del agua, se conservan todavía las ruinas del molino de Aitzarrateta, ingenio que funcionó hasta principios del S-XX machacando maíz y trigo para los vecinos de Baraibar e Iribas, hasta que una riada fuerte se llevó parte de la presa y fue abandonado.