Labraza es una villa de origen medieval amurallada situada a 677 metros de altitud.
Se trata de la población fortificada más pequeña del País Vasco y, según algunos expertos, una de las mejores conservadas de todo el mundo tal y como se reconoció en 2008 con la concesión del Premio Mundial de Ciudades Amuralladas. El Consejo Ejecutivo del Círculo Internacional de Ciudades Amuralladas otorga este galardón cada tres años a los proyectos innovadores en la gestión, conservación y restauración de este tipo de fortificaciones históricas, y quiso premiar el plan de conservación de la muralla habitada de Labraza que gestiona la Diputación Foral de Álava.
El asentamiento de la población y la propia estructura de su complejo defensivo la hacen una de las poblaciones de más recio aire militar de la zona.