El conjunto de El Pobal ofrece una exhibición de los elementos más significativos en el proceso de una ferrería.
El visitante que se acerca a El Pobal podrá disfrutar de tres ámbitos diferenciados, pero en estrecha relación:
– Por un lado, las salas que integran el edificio ferrón, que es la principal construcción del conjunto;
– Por otro, el habitáculo del molino harinero, que está completamente equipado y en disposición de funcionar;
– Y, finalmente, el testimonio de carácter residencial que representa la que fue casa-palacio de los Salazar, de estilo tardo-gótico, construida también en los primeros años del XVI para dar habitación a los ferrones.
Completan el conjunto dos hornos de pan, recientemente restaurados, y el viejo puente del siglo XVII que salva las aguas del Barbadún.
El palacio acoge la recepción del Museo y una exposición sobre la industria molinera en el primer piso.
El Pobal es además un museo que se prolonga al exterior, en un amplio y bello espacio ajardinado, con su sistema de captura de agua o presa, levantada sobre el lecho del río Barbadún, y el canal de 300 metros que transporta el fluido desde este dique hasta dos depósitos o anteparas: uno dispuesto junto al molino, para abastecimiento de éste, y otro, adosado a la ferrería, que almacena el agua para accionar la rueda mayor del mazo y la rueda menor de los émbolos.