Emplazada en el valle formado por el río Bidasoa y la regata Zía, y comunicada con Francia a través de los pasos fronterizos de Ibardin y Lizuniaga, hallarán la última localidad de las Cinco Villas.
Se trata de un pueblo elegante disgregado en torno a dos ejes principales: uno dominado por la iglesia de San Esteban, que en sus orígenes fue una casa-torre gótica y otro en torno al pintoresco barrio de Alzate, con armoniosas casas muy cuidadas.
La calle Legia, que une los dos núcleos de población, regala al visitante la estampa de la única casa gótica de la localidad.